miércoles, 16 de mayo de 2012

                   COSTUMBRES Y ETNIAS DE NAPO

Entre las costumbres y tradiciones del pueblo Kichwa en especial de los habitantes de Archidona, podemos detallar dos de las más notables para este pueblo. Las mas conocidas e interesantes se destaca la siembra de la yuca y Los Yachacs.

La siembra de la Yuca
Las mujeres de antes tenían mucho cuidado en la siembra de la yuca, aislaban todo y según reglas tradicionales.
Antes que nada preparaban los palitos de yuca, antes de la siembra, lo que no se debían hacer, las mujeres de edad avanzada eran mujeres virtuosas ya que hacían cargar muy bien la yuca.
Primero se pone en una olla de barro, los tubérculos de lumu lizán, lumucha ulla, lumu huihuilán rallados, juntos con semilla de achiote. Mientras tanto en la chacra se amontonan todos los palitos que se van a sembrar y se les pone encima la olla por toda la noche. De mañana se regresa a la chacra y hay que
coger unas hojas de maquiyuyu, de avispa paju, de papaya. Se quita la olla, poniéndola allí cerca, introduciéndola allí cerca, introduciendo primero las hojas en la olla, se golpea los palitos de yuca.
Luego se empieza a sembrar, con la cara pintada.
Se empieza a sembrar, con la cara pintada, para realizar los huecos en donde sembrar los palitos se puede coger un pedazo de palmera Tarapoto, entonces el palo se llama “nuhuihualicu”. Se recoge un pedazo del árbol dicho uchulumumba, entonces al palo se le llama “Quinguihualicu”.
Cuando la luna está llena es tiempo óptimo para sembrar, ya que si se siembra en luna tierna, la yuca se pudre. No es recomendable sembrar totalmente horizontal, porque la yuca carga demasiado profundo y no vale sacar.


El día de la siembra la mujer no tiene que hacer las siguientes cosas:
• Bañarse, si se baña, las plantitas de yuca se caerán.
• Soñar el mercado, en este caso el tubérculo se pudre.
• Peinarse, si lo hace la yuca no carga, no se vuelve gruesa, se queda delgada.
• Barrer la casa, si lo hacen los tubérculos no crecen nada, se quedan flacos.
• Hacer leña, la yuca no cargaría nada.
• Tocar carne cruda, desplumar pájaros; los añango se comerían la yuca.
En épocas pasadas tenían cachas muy grandes. Si uno no se pinta la cara con achiote, haciendo una chacra grande, la chacra puede comérselo, chuparle toda la sangre.
Las mujeres cuando siembran se pintan de achiote también los pies, para no dañar la yuca recién sembrada, andando por la chacra.
Los Yachacs
Más que todo los yachacs se forman en la familia, en la tradición que viene de padres a hijos, durante varias generaciones. La formación empieza desde muy temprana edad que puede ser desde los 8 a 10 años. Van recibiendo fuerzas, poderes, energías e informaciones.
Para pasar poderes a sus progenitores el brujo toma ayahuasca, también se toma un pilche o cuya, llena de tabaco.
Es así como se está preparando y fortaleciendo espiritualmente, tosen y soplan en lo alto de la cabeza una y varias veces, de esta forma le transmiten el poder. Después del ritual el niño o aprendiz no puede jugar, cabecear, trabajar ni bañarse, debe comer solo cosas indicadas por el yachac durante tres días.
Ya cuando el estudiante se ha convertido en Yachac, puede realizar las curas, limpias y demás actividades. Los yachacs también se clasifican por la calidad de poderes que tienen cada uno de ellos.

Los yachacs para curar generalmente proceden de la siguiente forma: preparan el brebaje; cortan en pedazos el bejuco de ayahuasca, se coloca en una olla con hojas de chili panga. Pone tres litros de agua y deja hervir hasta que se reduzca a menos de un cuarto de litro. Este compuesto se lo bebe el brujo,
antes y después debe tomar guayusa para no vomitar. Va tomando paulatinamente el brebaje, luego se recuestan hasta que vengan las visiones y energías curativas. Empieza a silbar y a cantar duro, invocando a los espíritus, pide un ramo de suripanga, ramo de una guadua y a cantar duro, chupa la o las partes afectadas y sigue tomando trago, en le acto debe haber uno ó dos acompañantes. Al aventar con la suripanga explica todo tiene el paciente, espíritu, quien lo brujeo, si tiene cura o no, en el trance reprende al yachac malhechor y ordena que deje de molestar al “enfermo”. Todo este ritual se lo lleva a cabo en la madrugada.
Al día claro el yachac da la medicación y los ayunos a la persona que se ha sometido a la limpia, esta no debe trabajar, ni jugar, entre otras actividades. Muchas de las veces el brujo muestra lo que chupo, pedazos de madera, chanta, sapos, culebras, gusanos, pero no siempre lo hace. Hay que tener mucho cuidado de no caer en manos del brujo que hecho el maleficio, por que puede ser peor. Los yachacs recomiendan que para proteger a la familia se recomienda poner un círculo alrededor de la casa. Por lo general los brujos mueren brujeados por uno más fuertes.
Las costumbres, las tradiciones ancestrales, las vivencias y los saberes de las etnias amazónicas ecuatorianas serán puestos en escena a través de la danza.
Para ello, los núcleos provinciales de la Casa de la Cultura Ecuatoriana (CCE) han organizado presentaciones que tendrán lugar  el 29 de este mes, con la participación de grupos de las provincias de Napo, Orellana y Pastaza, cada uno con dos coreografías, entre ellas la Tushuy taqui sacha manda (música y danza de la selva), de tradición indígena. 

Utilizan trajes típicos elaborados por las mujeres quichuas de la provincia de Napo. Desde Orellana viene el grupo de nacionalidad huaodani que vive en la zona intangible del Yasuní, en el que bailan desnudos con el rostro pintado de rojo y negro. 
Pastaza presenta a Yawi, de la nacionalidad shuar. Se trata de la celebración de la fiesta de la chonta. 

El 1.° de marzo intervendrán grupos de Morona Santiago, Sucumbíos y Zamora Chinchipe. La representación de los enlaces macabeos (matrimonios de jóvenes que festejaban por tres días) estará a cargo de Morona Santiago. 
Llega también el grupo Attianbi A"I ("invisible") con su fiesta ancestral del chontaduro, que se celebra una sola vez al año. Las cuatro culturas: shuaras, afros, saraguros y mestizos, son representadas por el grupo Jarina. (MEVO)

La Provincia de Napo se halla en la región amazónica ecuatoriana, lugar marcado por una alta diversidad biológica, propicio para admirar paisajes impresionantes como la Cascada de San Rafael o lugares para meditar en la paz del bosque, sitio para conocer costumbres y tradiciones de los pueblos quichuas amazónicos que mantienen su forma de vida y muestran a los turistas.

Las opciones para conocer son muchas, entre ellas, la calidez de los colonos y nativos que se expresa con una sonrisa a los visitantes.

La provincia de Napo, territorio Ecológico y Turístico es el mágico portón de luz para ingresar a la región amazónica norte del Ecuador.

Recorrerla es un acontecimiento Inolvidable. Sus sitios naturales y manifestaciones culturales la convierten en uno de los mejores destinos turísticos del mundo. Compruébelo.
El oso de anteojos, venado, cervicabra, mono machín, chichico, danta o tapir, jaguar, tigrillo, puma, puerco espín, guanta, oso hormiguero y otros son su mayor riqueza.
Cuenta con exuberante vegetación, razón por la cual encierra la mayor reserva forestal, con variedad de especies vegetales como pumamaqui, arrayán, espadaña, yagual, palma de ramos, licopodio, gencianas, achupalla, pajonales, cedro, chuncho, ceibo, garango, caoba, chontaduro, tagua, olivo, varios tipos de orquídeas, bromelias, anturios, frailejón y heliconias.



Puni Cotona es una comunidad fronteriza entre Napo y Pastaza, cuya población 100% indígena aún mantiene sus tradiciones y costumbres, conozcamos un poco más de este rincón del país, a través del siguiente reporte.
En las selvas tropicales del Oriente habitan ocho nacionalidades. Su población, hasta 1998, de acuerdo con una publicación realizada por la CONFENIAE (Confederación de Nacionalidades Indígenas de la Amazonía Ecuatoriana) era de168 202 ecuatorianos. Los Achuar habitan en las provincias de Pastaza y Morona Santiago, su lengua es el achuar; los Cofán en Sucumbíos, su idioma es el aíngae; Los Huaorani en Pastaza y Napo, entre el río Napo y el Curaray, su idioma es el huao tererö; Los Shuar en Pastaza, Morona Santiago y Zamora Chinchipe, su idioma es el shuar; Sionas y Secoyas, hasta hace poco considerados un mismo pueblo, habitan en Sucumbíos, ambos hablan baicoca; la nacionalidad Zápara en la provincia de Pastaza; y finalmente la nacionalidad Quichua de la Amazonía, en las provincias de Napo, Pastaza y Sucumbíos. Los más numerosos son los Quichuas y Shuara, hay pocos Sionas y Secoyas y los Záparos están al borde de la extinción. Todos estos pueblos basaban su alimentación en la caza, pesca y las pocas hortalizas cultivadas (especialmente yuca); actualmente la destrucción de los bosques y la colonización los han obligado a buscar otras fuentes de sustento. Con respecto a su vestimenta, lo común son las coronas de plumas de coloridas aves en la cabeza, los dientes de sahíno en el cuello, las narigueras, las orejas perforadas, faldas, y, en general, poca ropa; físicamente, en cambio, su increíble tolerancia a los insaciables mosquitos, los cuerpos bien formados, la piel dura y, en el caso, de los Huao, su “adaptación” (no sudan por nada del mundo). La música se hace al son de tambores y cánticos sagrados. La ayahuasca es la bebida sagrada para el shamán en casi todas las nacionalidades a excepción de los Huao que no la utilizan.

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